Un diseño a
contracorriente que va a lo práctico
El gran reto de los principales
fabricantes del mercado del smartphone de gama alta es encontrar un diseño de
referencia, llamativo, cómodo y con el que no haya que renunciar a ciertos
privilegios a los que nos han acostumbrado. Complicado. En la semana que he
estado usando el Huawei Mate 10 como
teléfono principal, es por ahora con el que más cerca he estado de creer que la
mayor parte de esos ideales se habían conseguido.
A estas alturas del año, mirar el Mate 10 de Huawei
es extraño. Mucho. Es un gama alta de referencia que mantiene un formato 16:9
tan habitual hasta hace poco pero que ahora parece rancio. Sobre la mesa parece
exageradamente cuadrado.
Huawei, como otros privilegiados
gigantes de la industria del smartphone, se permite el lujo de ofrecer al
consumidor dos elecciones de la más alta gama cada año. En el caso de este
gigante chino, ni el el P10 Plus ni el Mate 10 que hemos
probado se solapan a priori.
De los diseños altos y estrechos, el Huawei Mate 10
no quiere saber nada. Y hace bien porque el resultado nos convence
Ese formato no alargado al final se acabará
convirtiendo en una seña de identidad de este Mate 10, un gran terminal de 5,9 pulgadas que
pese a ese formato de 16:9 no comete el "pecado" de dejar grandes
bordes por arriba y abajo. Es por eso que resulta un teléfono grande pero
cómodo en mano, y todo un "rara avis" hoy en día. Esta
situación puede depararle un éxito inesperado entre quienes no ven con buenos
ojos los formatos alargados.
El Huawei Mate 10 y su formato más cuadrado que sus
rivales me ha parecido cómodo en
mano y hasta ligero. Son unos 186 gramos bien equilibrados que en
conjunto y con ayuda de un grosor de 8 mm y bordes curvos en la parte trasera,
se manejan bien. Sobre el material de construcción, es cristal, con un
tratamiento de alta temperatura para darle la forma final, pero que tanto a la
vista como especialmente al tocarlo, nos transmite idea de plástico.
El Huawei Mate 10 no nos deja con la boca
abierta al mirarlo. Pero está bien pensado y es práctico Como casi cualquier gama alta de más
de 5 pulgadas, abarcar todo el terminal con una sola mano no es algo que todo
el mundo pueda conseguir. La anchura nos preocupaba viendo que llevamos todo el
año manejando smartphones muy estrechos, pero en esta semana usándolo no os
tengo que contar ninguna pega en ese sentido.
Que sea cómodo en mano no implica
que el Huawei Mate 10 salga bien parado del mal que sufren casi todos los
smartphones grandes: es
muy resbaladizo. Ciertos elementos del diseño y sobre todo el
material compensan en ocasiones ese peligro de deslizamiento continuo de
nuestra mano cuando lo manejamos con una sola. En este Mate 10 es un aspecto
que no ha sido precisamente cuidado y es un teléfono que por su anchura y
acabado trasero, resulta bastante escurridizo en mano y muy inquieto en
superficies planas algo inclinadas.
Una gran batería en
capacidad y velocidad de carga
Hablar de un Huawei Mate en relación
con la batería es sinónimo de asombrarse por la cantidad de mAh que caben en
sus cuerpos no muy gruesos ni pesados, pero al mismo tiempo comprobar que tal
capacidad es necesaria para mantener una autonomía aceptable. Nada ha cambiado
en este punto con el nuevo
Huawei Mate 10.
Mirando dimensiones y apariencia,
los 4000 mAh de
los que presume el Huawei Mate 10 como capacidad de su batería parecen una
cifra impresionante. Sin embargo en
autonomía no hay traslado directo de esa cantidad con las horas que
este Huawei Mate 10 nos deja estar trabajando con él sin tener que recurrir al
cargador o activar el modo de ahorro de energía. Cumple con la media del sector
y lo que considero como necesario.
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